No lo subestimes porque es muy poderoso, y tu cuerpo y tu sabiduría ancestral, tus células… lo saben y lo buscan.

Te pongo en contexto…

Este domingo pasado estuve en una comida con amigos en la montaña. Por motivos personales he notado que estoy pelín estresada… de hecho ya lo venía notando y por ello tomo extracto de Amapola antes de acostarme, además de practicar Pranayama (ejercicios de respiración) y relajaciones conscientes cuando me acuesto para aquietar mi mente y centrarla en el presente.

Me faltaría hacer un poco más de ejercicio, pero por los mismos motivos ahora no puedo todo lo que quiero y necesito.

En fin… que estaba yo en esta comida, sentada al lado de un gran arbusto de Tomillo. Y me di cuenta que no paraba de acariciarlo, coger ramitas y olerlas profundamente. Durante toda la sobremesa y tarde, mientras hacíamos y deshacíamos no paré de estar en contacto con ella, y de hecho me apetecía estirarme encima 😛

¿Y sabes qué? Que el Tomillo tiene un gran poder neurotónico y reequilibrante del tejido nervioso. Entre otras propiedades.

Y ahí está el poder, el remedio ancestral. Accesible, económico y súper potente.

Conectar con la Naturaleza

La Medicina Natural y la sabiduría popular ha usado las plantas y las prácticas naturales desde siempre para todo tipo de males y dolencias.

Prácticas como cataplasmas, infusiones, vahos, baños de sol y aire, caminar descalzo sobre la tierra, o en la orilla del mar, pasear por la montaña o la playa, respirar el oxígeno de estas zonas más limpias…

Son prácticas que se recomiendan para estados bajos de ánimo, depresiones, tristeza, problemas respiratorios, circulatorios, estrés, ansiedad, insomnio…

Así que no lo dudes, este fin de semana, aunque sólo sea por un par o tres de horas vete al campo, montaña o playa. Es igual si hace fresquito, abrígate bien. Sola, con amigos o llévate a la familia.

Y, en algún momento,sé consciente de la maravilla que es la Tierra y la Madre Naturaleza, y sonríele, agradécele y siente todo el bienestar que te proporciona.

Siente la conexión con ella desde tu interior. Descálzate o túmbate en la tierra y respira despacio y profundamente, por la nariz… Y suelta… suelta el control, el miedo, la tensión, el pasado y el futuro… suelta…

Incluso te diré que he hecho meditaciones en casa acariciando y disfrutando del aroma que desprende un tomillo en maceta.

En dónde yo vivo, sin ir demasiado lejos, encuentro tomillo para los resfriados y para el sistema nervioso, romero que uso como tónico capilar y para limpiar ambientes, lavanda para los nervios también y para ayudarme a dormir… Eucaliptus para despejar la mente y para respirar mejor, hipérico para subir el ánimo, manzanilla para la piel o para la digestión…

De hecho a mi el olor a mediterráneo me lo cura casi todo, jeje… Esa mezcla de pino, resina, romero, tomillo, retama (Ginesta), y si estoy más cerca del mar ya ni te cuento…

Un remedio ancestral que no falla. Sabia Naturaleza.

Y es por ello que debemos cuidarla tanto. Ella puede vivir sin nosotros pero nosotros no podemos vivir sin ella.

Pero como te digo esto lo puedo sentir, hasta cierto punto, con un romero en maceta y visualizando o usando aceites esenciales de los que soy muy fan 🙂

Lavanda para dormir, mandarina para cuando hay nervios pero necesito estar a tope y despejada, bahos de eucalipto azul para mi peque cuando tiene mocos, o una loción capilar que he hecho anti-piojos y tónico capilar que usamos todos en casa cuando salta la alarma en el cole :P, menta para el dolor de cabeza, orégano para cualquier virus.

Y tu, ¿vas a menudo a conectar contigo y con la Naturaleza? ¿Eres capaz de sentir el gran regalo que es? 🙂