En cierta ocasión, en una lectura de Tarot, preguntamos a las cartas sobre la envidia. Un sentimiento que la consultante sentía a menudo, siendo consciente de ello y de lo nada positivo que le aportaba en su día a día y su vida.

Preguntamos: ¿Qué hay detrás de la envidia?

Caballero de Copas y Cinco de espadas.

Inseguridad emocional y necesidad de la aprovación externa de manera constante.

Evidentemente cuando la aprovación es externa siempre necesitarás que otros te estén validando contínuamente, si no es así, cuando dejan de hacerlo, entras en duda, confusión y desvalorización.

@franciscajaratarot (mi maestra de Tarot y un bálsamo de paz y amor para mi) comenta en sus apuntes: “El escapismo es su ‘mecanismo de protección” cuando la realidad es exigente y pone límites a sus fantasías.”

Con la envidia se construye mucho a nivel fantasía pero se pasa poco a la acción y mucho menos a la acción desde el corazón y cómo propósito de entregar tus dones al mundo. Porque la envidia duele y, ante el dolor, muchas veces tendemos a escapar/evadirnos.

Todo queda en soñar algo que crees que nunca tendrás, o que a ti se te ha negado, y con no poder empatizar con la persona a la que se envidia y sobretodo contigo.

La envida es una gran coraza que te impide conectar con quien tú eres realmente, con tu esencia y con tu luz.

La envidia es creer que no hay para todos, que no hay suficiente. Desconexión de la abundancia, de la empatía, del amor y la unidad que todos somos.

De hecho es uno de los cimientos de la humanidad.  Y uno de sus grandes males.

La envidia y  la educación en la competencia.

Ese competir que nos inculcaron desde pequeños, competir para ser mejores que los demás, estar por encima, tener mucho, tener más, Ser más. Siempre mirando fuera y nunca dentro. Y aquí es dónde uno se da cuenta de esta gran estupidez. No se puede Ser más ni menos, ni mucho ni poco. El Ser no se puede cuantificar ni comparar, ni medir.

Se Es. Y punto.

Este Caballero de copas, en negativo, también nos habla de la dificultad en responsabilizarse, con constancia y esfuerzo, para desarrollar todas las cualidades que se necesitan para generar esa confianza interna, seguridad, autoestima y que esto se vea reflejado en nuestro externo a través de nuestra reafirmación presonal, de esos hábitos y rutinas de autocuidado y de trabajar para conseguir las metas personales y profesionales que una se proponga.

Y ese cinco de espadas, aquí, nos habla del Gran dictador interno que tenemos dentro. De esa voz crítica, que te juzga y castiga por no ser-hacer-tener según, algún día, alguién o la sociedad te contó que tenías que ser-hacer-tener para estrar dentro de los cánones establecidos, dentro del ‘bien, dentro del rebaño.

Ahí tienes la envidia. En ese Caballero de Copas + 5 de espadas juntos.

Y si alguna vez has sentido envidia, no te castigues, ni sientas culpa, ni vergüenza.

Solo pon consciencia, entiende que no es difícil que este sentimiento esté ahí con esta sociedad, pero no evadas tu responsabilidad en hacer algo con esto, en aprender a liberarte de ella y/o en tranformarla en una práctica para desarrollar tu confianza y autoestima cada vez que la veas asomar.

Conviértela en una simple alarma que te avisa de que toca practica.

Como cualquier otra alarma que te pones para despertar, para ir al gimnasio, o para sacar la comida del horno y que no se queme.

Dime, ¿te resuena? ¿Cómo desarrollas tu autoestima y tu seguirdad interna?

Te leo.